Compendios Genealogicos y Heraldicos de San Francisco de Campeche

 Compendios Gnéalogicos y Heráldicos de San Francsco de Campeche


Este libro es el primero de un compendio genealógico y heráldico de la ciudad y puerto de Campeche México. Contiene una cantidad enorme de apellidos de la península de Yucatán, desde el año de 1700 hasta fechas recientes y en algunos casos contiene datos paralelos a la conquista de la Nueva España, los manuscritos se generaron durante la búsqueda de antepasados de Héctor R. Briceño, El autor de la obra. El propósito principal de la recopilación es: dejar un legado a la posteridad ya que además de ser una extensa fuente de recursos para quien desee hacer su propia genealogía; también, se puede conservar disgregada en estas recopilaciones. Contiene los escudos heráldicos que poseyeron algunos individuos con los apellidos que se presentan en el libro, los escudos solamente se han incluido para ilustrar al lector y nunca he pretendido decir que formaron parte de la historia familiar mencionada, pero no se descarta la posibilidad de que eso pudiera ser. La información compilada para elaborar estas páginas, no está basada en la heráldica española únicamente, también en heráldicas de otros países como la heráldica francesa, la heráldica inglesa, la heráldica alemana y otras.








Notas del autor

Aclaro que no soy docto en heráldica, es una rama que aprendí mientras recopilaba datos para conocer mis raíces y aunque estos han sido bastos, la obra aún no está conclusa, pero debido al tiempo que apremia, he decidido editar este texto como el primer libro de una serie, mientras continúa la investigación.
Para reunir y ordenar los datos genealógicos he empleado treinta años de mi vida, no obstante especifico que en el contenido pueden existir algunas incongruencias por las que de antemano pido una disculpa y exhorto a quien tenga algo que aportar para mejorar la información lo haga, se lo agradeceré mucho y reconoceré siempre su colaboración.
De la heráldica puedo decir que me fascina todo lo que a ella respecta; por eso, en los escudos de armas presentados en este libro, he tratado de mantener las descripciones que de ellos hacen referencia los eruditos, pero concerniente a los adornos exteriores incluyendo los yelmos,[i] solo he tratado de embellecerlos, sin sujetarme a ninguna regla; desde luego, tratando de conservar la armonía con los colores del escudo y para hacerlos gratos a la vista.




Escudos de Armas


     



Concerniente a la heráldica, hago una aclaración acerca del escudo de armas de los apellidos: No existen escudos de los apellidos, las armas heráldicas pertenecen a ciertos linajes,[1] casi siempre nobles y aunque hoy cualquiera puede hacer un escudo a su gusto, los escudos de armas fueron otorgados por los reyes a las personas que por sus méritos se hicieron acreedores a ellos.
Por tanto, un escudo heráldico lo tienen los que han probado las armas y la nobleza. Por tal motivo, si consideramos que algún antepasado nuestro tenía, tenemos que probar por medio de nuestra genealogía que descendemos de aquella persona que poseía el escudo de armas en referencia.
No obstante, el propósito principal en estas páginas de Genealogía y Heráldica es divulgar la información genealógica vinculada con la familia Briceño Escamilla, Briceño Bernés, Alcocer Bernés y todos los emparentados; así como información de interés general, pero no la propiedad de las armas.
En este texto se mencionan muchos apellidos, en cada uno de los principales se encuentra una referencia histórica y el escudo de arma correspondiente a los linajes que se presentan.
Solamente se han incluido para ilustrar al lector, pero nunca se ha pretendido decir que formaron parte de la historia familiar mencionada; sin embargo, no se descarta la posibilidad de que eso pudiera ser.
La información compilada para elaborar estas páginas, no está basada en la heráldica española únicamente, también en heráldicas de otros países como la heráldica francesa, la heráldica inglesa, la heráldica alemana y otras; ya que sin pretender hacerlo, la búsqueda de datos de mis antepasados me condujo hacia ellas.
En el caso de mi genealogía, el árbol genealógico llega en algunas ramas al siglo XVI. Las poblaciones del origen de mis antepasados, son múltiples y aunque no he podido incluirlas todas, ni identificarlas plenamente, he puesto una pequeña reseña de la historia de cada una.
Asimismo, debajo de los escudos de armas de los linajes diferentes hago una descripción de los elementos del escudo, esto no es jactancia, ya que toda esta información proviene de heraldistas profesionales, el objetivo principal es identificar por medio del escudo de armas el carácter de los individuos de ese linaje, a que se dedicaban y su posición en la sociedad de su época.


En cuanto al significado de los elementos del escudo, casi siempre es real, aunque en parte puede ser invención de algunos heraldistas y aficionados que los han incorporado para hacer los escudos más interesantes.
el propósito de éste libro es proporcionar información a quienes busquen sus raíces y sería lamentable que el apellido que pudiera interesar al lector no esté incluido en esta obra sobre la Heráldica y Genealogía.
No obstante, tengo la esperanza que ayude a quien anhele encontrar a sus antepasados.
Anticipadamente agradezco las fuentes de ayuda que cito al final, a quienes me han proporcionado su ayuda desinteresada y a mis ancestros, donde quiera que estén, ya que fueron ellos los principales motivadores de esta obra.

Héctor R. Briceño




[1] Un linaje es el conjunto de todos los descendientes (hombres y mujeres) por línea masculina de una familia común.






[i] El yelmo: Dice Don Eduardo Pardo de Guevara y Valdés en su manual de heráldica española sobre el yelmo lo siguiente:

Difundido como timbre heráldico en el siglo XVI en España para abreviar la figura ecuestre de los sellos medievales, el yelmo es, sin duda, el ornamento exterior más frecuente, generalizado y que más fantasías ha generado.

En los siglos XVII y XVIII los tratadistas innovadores establecieron toda una jerarquía entre los yelmos para indicar el rango o el título del poseedor del escudo.

Los yelmos aparecen así clasificados según el metal (oro, plata o acero bruñido), la posición (de cara, terciado o perfilado a la derecha o izquierda), el grado de apertura de su visera y también, incluso, el número de rejillas. Todas estas particularidades, que tuvieron cierta influencia sobre los usos, son sin embargo, puras fantasías teóricas sin significación alguna.

Por lo tanto, lo yelmos y ribetes de los escudos de armas aquí presentados son puramente ornamentales no tiene nada que ver con el significado de las armas salvo los elementos estipulados en la descripción del escudo.



  
Breve historia de Los Nombres y Apellidos

De acuerdo con los relatos bíblicos del Génesis, los pueblos del mundo se formaron de los hijos de Noé, fueron ellos quienes fundaron las tribus que hoy constituyen los países con diferente idioma, la biblia menciona que Noé tenía tres hijos, Sem, Can y Jafet,[i] pero fue durante la construcción de la Torre de Babel se originó la confusión de lenguas entre los descendientes de Cam por parte de Nimrod hijo de Cuz, formándose así las diferentes lenguas.
No obstante, existe la posibilidad que los descendientes de Sem y de Jafet no participaran de la construcción de la torre; por lo tanto, estos continuarían hablando su lengua original, con excepción de los descendientes de Elam hijo de Sem que se unió en un solo reino con Madai descendiente de Jafet por el linaje de Gomer; reino llamado Medo-Persa y luego se les conoció simplemente como persas.[1]
De los otros descendientes nacieron los hebreos, la raza que dios escogió como su pueblo y de donde aparecieron muchos apellidos que hasta hoy existen aunque con diferentes variaciones.


Sin embargo, de acuerdo con la ciencia y los evolucionistas, nuestro origen se inició de otra manera y se perfeccionó paulatinamente a través de decenas de miles de años; de todas maneras, de haber sido así, el ser humano en algún momento necesitó de una identificación ente los de su tribu, clan o grupo; pero definitivamente de acuerdo con la evolución no podemos saber el idioma que hablaron, ni los nombres que los primeros pobladores del mundo usaron, si es que tuvieron algún nombre.
A pesar de las teorías científicas, la historia de la humanidad plasmada en la biblia menciona que el primer hombre se llamó Adán y su esposa Eva, quiere decir que con esos nombres se conocían entre ellos y aunque ahora se escuchan como nombres comunes tienen un origen y significado, el nombre Adán[2] significa (hombre) y el de Eva (Mujer) son nombres que según las escrituras sagradas le fue dado al hombre por el creador mismo de acuerdo con los motivos y circunstancias que prevalecían en el momento de su creación; a la mujer Adán tuvo el privilegio de ponerle nombre y la nombró Eva,[3] nombre que significa en hebreo "Madre de los vivientes" o "dadora de vida" = a “Mujer”.
Asimismo, razonando en las palabras de Eva cuando nació el primogénito, podemos notar que ya les habían nacido hijas, cuyos nombres son desconocidos, solamente se sabe desde Caín, el primer varón, nombre que tiene su origen en la raíz kanah o qanah (poseer o adquirir) pues cuando nació Caín, Eva dijo: "Por voluntad de Jehová he adquirido varón" insinuando que anteriormente había tenido hijas solamente.
De ahí en adelante, los nombres mencionados en la biblia adquieren la importancia de relacionarlos a diferentes circunstancias;[ii] de manera que el nombre que se usaba para identificar a un individuo de la tribu regularmente contenía el origen las cualidades o la apariencia que los otros miembros de la aldea, tribu o pueblo pensaban que poseía.
Como ejemplo conocido tenemos a Jesús de Nazaret, Juan el Amado, Simón Pedro del gr. Pétros, "piedra", traducción del arameo Kêfâ', "Cefas", "roca" o “piedra” fue Jesús quien lo llamó en arameo Cefas (piedra); [iii] no obstante, su nombre de Nacimiento: debió ser Shimon Bar Jonás o Shimon bar Iona que significa en ambos casos Simón hijo de Jonás; otros ejemplos son: Simón hijo de Juan, Judas Iscariote, José de Arimatea en cuya tumba fue sepultado Jesús, etc.
El nombre María (Miriam)[4] Magdalena se refiere a una mujer llamada María originaria de Magdala, así como María de Betania la hermana de Marta y Lázaro.
Podemos notar en lo anterior que ya desde épocas muy remotas se usaba el apellido patronímico. Pero esto se inició en tiempo más antiguo, cuando los Hebreos se dividieron en las doce tribus de Israel de los patriarcas Abram, Isaac y Jacob formaron doce linajes diferentes con denominación y apellido particular, con el fin de emularse heroicamente a lo más glorioso y conseguir cada uno el mayor lustre de su tribu o apellido que a la vez lo subdividieron en cognaciones y las cognaciones en familias, cada una con su cognomen y apellido; aunque todos descendían de un mismo origen no todos los apellidos y denominaciones de las familias eran de igual prestigio ya desde aquella época había diferencia entre los linajes; por ejemplo: La tribu de Judá ocupaba el primer lugar entre las doce por haber tenido Príncipes, Reyes y Capitanes insignes; no obstante, Por haber carecido de estos héroes la tribu, familia y apellido de Benjamín, no era de igual esplendor y aún en ella se hallaba sepultada en el olvido la cognación de Matri[5] y respecto a esta, estaba la familia de Cis en el más abandonado encogimiento, hasta que Saúl hijo de Cis ascendió a la corona y resucitó la memoria de aquel apellido ya casi muerto.
¡Pero eso no era todo! Esas doce tribus tenían unas banderas representativas que en todo caso podrían ser comparadas con los escudos de armas; siendo como podemos ver la heráldica una señal o distintivo hay quienes piensan que nació casi a la par de la humanidad y ubican esta practica desde la época de Adán y Eva cuando al fraticida Caín le fue puesta una marca como señal, pero no se habla de banderas o escudos diseñados de acuerdo a la descripción de un linaje como en el caso de las doce tribus.
En la búsqueda de nuestros apellidos es importante conocer nuestro linaje y aunque llegar a un tronco común no es fácil, actualmente hay pruebas mediante ADN que nos ayudan a descubrir el origen ancestral, proporcionándonos una manera de identificar a los primeros ancestros y de unir también los apellidos emparentados.
Es útil también, porque podemos encontrar en nuestros registros nombres que parecen que están mal escritos, sin embargo, puede ser que: debido al origen de nuestro antepasado era la forma correcta de escribirlo o que el escribano debido también a su origen así lo conocía, por ejemplo: Angelique, Angelika, Margherita Rossa, Patrizia y tomando en cuenta que en algunos países usan el diminutivo de los nombres podemos encontrar tales como: Anika, diminutivo de Ana se usa en alemán bajo, en holandés, danés y esloveno; Anina, otro diminutivo de Anna; y en alemán el nombre Anke, es también diminutivo de Anna.
Además, Anna, es una forma de Annah o Hannah, usado en el griego y el latín del antiguo testamento y Anne es la forma francesa de Anna que en el siglo XIII se importó a Inglaterra, donde comúnmente fue escrito de esa manera.
Es igual en el caso de los hombres; por ejemplo: Louis se podría pensar que se refiere a Luis pero no es así es un nombre diferente; Alfonz ni falta la letra ni tiene error ortográfico, es un nombre propio en esloveno como Alfonso en español al igual que Blaz y Blas, pero Policarpo y Policarpio son dos nombres diferentes y usados tambien como apellidos al igual que Cruz, Abelino (derivado de Abel), Santiago y otros; Osvaldo u Oswaldo, es correcto; en España escriben Rudesindo, en América Rudecindo de la misma manera, hay apellidos que se escriben diferente y se pronuncian igual cuya ortografía es correcta; ejemplo: Vela, Bela, Ortiz, Ortis, Ribera, Rivera, Flórez, Flores, Cevallos, Zeballos, Chaves, Chávez etc.
Asimismo podemos encontrar a Pascual y a Pasqual siendo en ocasiones utilizados algunos de los antes mencionados como nombre y apellido; por esta razón, en este libro se han dejado tal cual se recopilaron; no obstante, algunos nombres después de investigar la forma correcta y al no tener un similar se han corregido; consecuentemente, la sugerencia es que antes de asentar un nombre en nuestros registros personales es necesario hasta donde sea posible saber el origen o país de procedencia para determinar si el apellido es correcto o existe una falla de grafía, de otro modo, es preferible dejarlo en su forma original, ya que existe la posibilidad de saber después si son o no correctos.




[1] Los persas son los actuales iraníes ya que en 1935, Reza Pahlaví, Rey de Persia, cambió el nombre de la nación por Irán.
[2] Adan: heb. 'Âdâm, "hombre", "ser humano" o "rojo" existe una conexión posible con el verbo 'âdam, "ser rojizo", lo que sería una referencia a la arcilla con la que fue formado, y con 'adâmâh, "suelo", "tierra"
[3] Gen. 2:18-23 (BRV 1995)
[4] Míriam o María La forma hebrea de su nombre es Miryam referido en el antiguo testamento sólo a la hermana de Moisés; La etimología de este nombre aún es discutida, pues existen variadas interpretaciones del origen y el significado aunque muchos consideran que equivale a eminente o excelsa.
[5] 1 Samuel 10:21 E hizo llegar la tribu de Benjamín por sus linajes, y fué tomada la familia de Matri; y de ella fue tomado Saúl hijo de Cis. Y le buscaron, más no fue hallado.




[i] La Biblia menciona a los hijos de Noé en el orden siguiente Sem, Cam y Jafet; no obstante, existen evidencias que sitúan a Jafet como el hermano mayor, después Sem y Cam el menor, en Gn. 10:21. Se lee lo siguiente: También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet. Martín Lutero, el líder mayor del protestantismo escribe en su libro sobre los Judíos y sus mentiras (1543) traducido por Elias Bernard "Yo también digo que Japheth, el primogénito de Noé, es mi verdadero ancestro natural y su esposa (quien quiera que haya sido) también; porque como nos informa Moisés en Génesis 10, él es el progenitor de todos nosotros los gentiles. Gen. 9: 24 dice: Y despertó Noé de su vino, y supo lo que había hecho con él su hijo el más joven; esta escritura sitúa a Cam como el menor y no como el de en medio, de manera que quedaría el orden de la forma siguiente: Jafet, Sem y Cam.
[ii] Abel: Vocablo hebreo הבל (Hevel), que significa aliento, nada, efímero; en asirio la variante שנקך Habel significa hijo; no obstante, el nombre Abel se asoció con la rectitud, la inocencia y el favor de Dios, esto es debido a su actuación en la ofrenda a jehová.
Set significa Sustituido; Sustitución. (Gn. 4:25). "Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set porque ella dijo "Dios me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien Caín mató ".
Noé (Latín) hebreo: לְנֹחַ Noaẖ; significa consuelo o descanso (Gn. 5: 28-29) “Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo” y así continuaron los nombres significando los acontecimientos antes, durante o posteriormente a su nacimiento.






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Aluxob

A la caza de un Alux


Después de unos minutos dentro del extraño ambiente que para nosotros fueron siglos, se acercó la cubana Colasa.
Al caminar se contoneaba y pasaba su mano con gracia sobre el negro, corto y
ensortijado cabello que traía arreglado con minúsculas trenzas que brillaban de tanta vaselina y remataban en unos pequeños huesos y moños de color rojo, realzando así su aspecto de pitonisa.
Excitada por el esfuerzo que hacia al llevar a cabo su trabajo, de su morena y amplia frente le escurrían gruesas gotas de sudor; en aquel momento sin avisar, nos roció con una loción verde y olorosa.
Nos indicó que entráramos a una
habitación adornada con policromos cortinajes, en los quicios colgaban algunas cabezas de ajo y unos ramos de hierbas, en el centro del cuarto había un viejo y destartalado anafe de lámina que tenía algo que ardía y echaba un sahumerio fastidioso y picante; Colasa siempre utilizaba ese espeso humo para sus trabajos, pero a nosotros, aparte de hacernos toser y derramar una que otra lágrima, nos causaba gran dificultad para distinguir nuestro entorno. La cubana maliciosa sonreía enseñando sus dientes manchados por el tabaco, mientras decía:
—Ustedes están poseídos de malos vientos y demonios por eso no soportan el olor—.
Mientras con ternura nos llamaba por nuestro nombre, no dejaba de mirarnos lascivamente y con sus delgadas manos de largas uñas pintadas de negro acariciaba mis cabellos, de repente se inclinó y me dio un beso directo, chupándome la boca como si fuera una fruta madura que me dejó nervioso e impregnado de un fuerte olor a tabaco y un agradable olor a sándalo.