La Dame de la Belladone

Ce livre est basé sur des faits réels et a été adapté aux événements fictifs pour donner l'approche que l'auteur veut communiquer. Le recueil est une période dans la vie de l'écrivain en son temps comme adolescent, quand il est captivé par une belle femme qui vivait seule dans la forêt et avait la réputation d'être sorcière ; cependant, le jeune n'a jamais peur et il a une merveilleuse idylle avec cette femme énigmatique. Elle parle de l'énigme de l'une nouvelle vit et la vie sur d'autres planètes qui se profile à l'horizon de l'espace infini. Puis, quand j'étais était éperdument amoureux, doit accepter le fait, qu'elle n'est pas un être humain et doit se rendre à leur monde. Désespéré, il tente de se suicider, mais sa petite sœur, qui était décédé il y a quelques années, le persuade de ne pas le faire.

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Aluxob

A la caza de un Alux


Después de unos minutos dentro del extraño ambiente que para nosotros fueron siglos, se acercó la cubana Colasa.
Al caminar se contoneaba y pasaba su mano con gracia sobre el negro, corto y
ensortijado cabello que traía arreglado con minúsculas trenzas que brillaban de tanta vaselina y remataban en unos pequeños huesos y moños de color rojo, realzando así su aspecto de pitonisa.
Excitada por el esfuerzo que hacia al llevar a cabo su trabajo, de su morena y amplia frente le escurrían gruesas gotas de sudor; en aquel momento sin avisar, nos roció con una loción verde y olorosa.
Nos indicó que entráramos a una
habitación adornada con policromos cortinajes, en los quicios colgaban algunas cabezas de ajo y unos ramos de hierbas, en el centro del cuarto había un viejo y destartalado anafe de lámina que tenía algo que ardía y echaba un sahumerio fastidioso y picante; Colasa siempre utilizaba ese espeso humo para sus trabajos, pero a nosotros, aparte de hacernos toser y derramar una que otra lágrima, nos causaba gran dificultad para distinguir nuestro entorno. La cubana maliciosa sonreía enseñando sus dientes manchados por el tabaco, mientras decía:
—Ustedes están poseídos de malos vientos y demonios por eso no soportan el olor—.
Mientras con ternura nos llamaba por nuestro nombre, no dejaba de mirarnos lascivamente y con sus delgadas manos de largas uñas pintadas de negro acariciaba mis cabellos, de repente se inclinó y me dio un beso directo, chupándome la boca como si fuera una fruta madura que me dejó nervioso e impregnado de un fuerte olor a tabaco y un agradable olor a sándalo.