El Sueño de Pepín |
Pepín
El Niño que Quería
ser Pájaro
Érase
una vez un niño que se llamaba José Alberto y de cariño llamado Pepín, vivía en
una finca tropical llena de árboles frutales donde el pasto verde y las flores
crecían por doquier, de los pozos artesianos, las bombas extraían agua
cristalina que corría entre el huerto; por ende, abundaban pájaros de muchas
especies.
Pepín
siempre fue un niño muy inteligente, pero demasiado delgado y enfermo de asma; le
gustaba que le llamaran por Pepín, pero su mamá le llamaba pepe a secas. Como
no era de su agrado decía.
—No
me llames Pepe, llámame Pepín.
Pero
su madre cariñosamente le decía.
—No
hijo tu nombre es José y el hipocorístico es Pepe no Pepín.
—No,
mamá yo soy Pepín—. Preocupado respondió.
—
¡Que no! Te decimos Pepín de cariño pero eres pepe, repepe y recontrapepe.
Entonces él decía:
—¡Yo
soy Pepín! — y se retiraba.
Era especial en cuanto a comidas, no le
gustaban algunos guisos que hacía su mamá; pero le gustaba hacerle bromas a sus
hermanos, a veces se burlaba de algunos defectos de ellos, amaba a los pájaros y
cuando peleaban decía: —Ojalá yo fuera un pájaro para poder volar lejos de
ustedes.
Observaba
a los pájaros y hacía ruidos imitándolos; cierto día, encontró un pedazo grande
de cartulina y se
confeccionó
un gran pico, se lo ató en la boca con un lazo atrás de la cabeza y así fingiendo
ser un pájaro andaba por todo el patio de la casa, daba de picotazos en el piso
simulando que comía granos o gusanos.
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