CALEX EN EL CIELO TODOS SOMOS IGUALES




Cuando Calex llegó al cielo dijo: Qué barbaridad, ¡lo veo y no lo creo! Después de pasar mi vida sufriendo con resignación y esperanza todos los trabajos y humillaciones en la tierra, confiando en que aquí en el cielo todos los hombres son iguales y por ende podré descansar de todas mis penas y estar al mismo nivel del más pintado; pero, ¡oh! Que decepción, ¡pues cuando llego tan solo a las puertas, ante mis ojos se despliega la prueba más irritante de distinción que en toda mi vida ingenua me he echado a la cara.






Four great friends die nearly the same time by different circumstances, and they meet again on the way to heaven, but they have trouble getting in because everyone had to pass a little test in regard to their behavior on earth. According to the result, San Pedro allowed them to pass or not and rest up in heaven in the presence of the Lord accompanied by heavenly angels; however, they can't all achieve eternal rest for their souls. The text contains different scenes in the course of the attempt to obtain the pass, all this turns the reading this book into an unforgettable experience.

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Aluxob

A la caza de un Alux


Después de unos minutos dentro del extraño ambiente que para nosotros fueron siglos, se acercó la cubana Colasa.
Al caminar se contoneaba y pasaba su mano con gracia sobre el negro, corto y
ensortijado cabello que traía arreglado con minúsculas trenzas que brillaban de tanta vaselina y remataban en unos pequeños huesos y moños de color rojo, realzando así su aspecto de pitonisa.
Excitada por el esfuerzo que hacia al llevar a cabo su trabajo, de su morena y amplia frente le escurrían gruesas gotas de sudor; en aquel momento sin avisar, nos roció con una loción verde y olorosa.
Nos indicó que entráramos a una
habitación adornada con policromos cortinajes, en los quicios colgaban algunas cabezas de ajo y unos ramos de hierbas, en el centro del cuarto había un viejo y destartalado anafe de lámina que tenía algo que ardía y echaba un sahumerio fastidioso y picante; Colasa siempre utilizaba ese espeso humo para sus trabajos, pero a nosotros, aparte de hacernos toser y derramar una que otra lágrima, nos causaba gran dificultad para distinguir nuestro entorno. La cubana maliciosa sonreía enseñando sus dientes manchados por el tabaco, mientras decía:
—Ustedes están poseídos de malos vientos y demonios por eso no soportan el olor—.
Mientras con ternura nos llamaba por nuestro nombre, no dejaba de mirarnos lascivamente y con sus delgadas manos de largas uñas pintadas de negro acariciaba mis cabellos, de repente se inclinó y me dio un beso directo, chupándome la boca como si fuera una fruta madura que me dejó nervioso e impregnado de un fuerte olor a tabaco y un agradable olor a sándalo.